jueves, 2 de junio de 2011

ESPÍRITU SANTO



Creo en Dios,Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,que fue 
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,nació de 
Santa María Vírgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato,fue crucificado,
muerto y sepultado,descendió a los infiernos,al tercer día resucitó de entre
los muertos, subió a los cielosy está sentado a la derecha de Dios,
Padre Todopoderoso.Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,la comunión de los santos,

el perdón de los pecados,la resurrección de la carne y la vida eterna.  Amén.



MEDITEMOS: 


Después de afirmar en el Credo nuestra fe en Dios Padre y en Dios Hijo -nuestro Señor Jesucristo-, confesamos también la fe en el Espíritu Santo. El Espíritu Santo -tercera persona de la Santísima Trinidad- es Dios.
    

Sin embargo, el Espíritu Santo es para muchos el Gran Desconocido, aunque, como dice San Pablo, el cristiano es templo del Espíritu Santo. Desde el mismo momento del bautismo está en nuestra alma en gracia santificándola y adornándola con sus dones. Si no lo echamos por un pecado mortal, Él nos inspira y nos asiste, guiándonos hacia el cielo. Es el Paráclito o Consolador, el "dulce huésped del alma".
    



Este es el gran don de Jesucristo al subir al cielo, como lo había prometido a los apóstoles en la última Cena: "Os conviene que yo me vaya. Pues, si no me fuere, el Paráclito (el Espíritu Santo) no vendrá a vosotros; pero, si me fuere, os lo enviaré" (Juan 16,7). Y, efectivamente, en el día de Pentecostés recibieron el Espíritu Santo.   Fuente:http://www.aplicaciones.info

OREMOS

Oh Dios,que llenaste los corazones de tus
fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que,
guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y
gocemos siempre de tu consuelo.Por Jesucristo Nuestro Señor.Amén.

CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.


Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. 
Amén

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